Me llamo Edu y me apasiona transmitir aquello que me hace conectar, crecer y sentir bien conmigo mismo.
A través de hábitos, mejoro el estilo de vida de las personas, haciéndoles más conscientes de su cuerpo y el maravilloso poder que tenemos sobre nosotros mismos.
En mis años como entrenador he pasado por muchos cambios, por diferentes paradigmas sobre el entrenamiento y estilo de vida para el que estamos diseñados.
Esto me ha hecho enriquecerme de vivencias muy variadas, y así seleccionar lo bueno de cada casa.
Lo cierto es que mi concepción sobre el ejercicio físico y estilo de vida que debería de ser acorde con nosotros es algo excéntrico, escapa de los estereotipos y convencionalismos que la industria quiere imponer.
Nuestro cuerpo no está diseñado para estar largas horas seguidas en el asiento de un coche, en el sofá de tu casa o en la silla de tu oficina.
Tienes un trabajo de 7 horas sentado, y “no puedes” cambiar eso,
¿pero a que si que puedes cambiar la forma en la que te sientas?,
¿a que si puedes levantarte cada cuantos minutos a estirar el cuerpo un par de minutos?
¿a que si puedes estar sentado en un fitball o masajeando tus pies con una pelota de tenis?
Son estos pequeños y otros muchos mecanismos los que uso para hackear el triste y decadente estilo de vida que se impone a nuestra esencia ancestral, al uso de nuestro cuerpo a través del movimiento.
Es complejo de entender si no lo llevas a la práctica y vives en tus propias carnes el cambio que te proporciona esto en tu vida.
Por eso, digo que me apasiona transmitir aquello que me hace sentir bien, porque no te lo enseñan.
Puede que tu cuerpo directamente no te pida que te muevas, pero indirectamente te está dando señales, te dice que le duele la zona lumbar, que sientes calambres en los pies, que te da ansiedad y estrés cualquier situación o que te falta energía justo después de haber dormido (con suerte) 7 horas del tirón. Esto es por tu estilo de vida, ni por tu genética ni por falta de tiempo.
Mi estilo de vida me permite vivir en el S. XXI y servirme de todos los avances tecnológicos de la actualidad sin tener que renunciar a tener como base mi esencia ancestral, a usar mi cuerpo para lo que ha sido concebido tras miles de años de evolución.
Puedo usar el coche y ver una película sin dejar de lado un rico paseo por la naturaleza, descalzo y un buen entrenamiento colgado de un árbol.
Te animo a que despiertes, te acompaño en este maravilloso proceso de redescubrimiento y, por supuesto, te invito a que lo transmitas tú también a los tuyos.
Mi propósito es ayudar y guiarte en el gratificante proceso de despertar tu esencia, que te muevas conscientemente y que nutras tu cuerpo con aquello que te hace sentir bien.
En los últimos años he reflexionado acerca de porqué hago lo que hago, por que de esta forma y no de otra. Con este tipo de cuestiones tan profundas llegué a tener fuertes debates sobre si realmente aquello que hago va conmigo y tiene sentido para mi, algo que a día de hoy sigo haciendo y no tengo intención de dejar de hacer.
En este tiempo, me he encontrado con muchas personas que querían algo, que luchaban por algo para hacerse mejores, sentirse mejor o cambiar. Ponían todos sus esfuerzos o parte de ellos en esa batalla, con sus mejores armas, o eso creían. Pero por desgracia, ni las armas eran las adecuadas, ni ellos estaban en el lugar adecuado para batallar.
Siempre nos han enseñado a hacer las cosas del modo en que “siempre se han hecho”, por lo menos a mi, pero en mi opinión pienso como Ortega y Gasset, “siempre que enseño, enseño a dudar de lo que enseño”.
Para poder evolucionar hay que cambiar la forma de pensar, y de este modo cuestionar todo lo que hacemos, apagar el piloto automático y sentir nuestro paso por el mundo.
Tienes que descodificar lo que te han enseñado hasta ahora, dejar de entrenar para crecer tu musculatura, dejar de comprar el último modelo de una famosa marca de zapatillas porque tienen la última tecnología del mercado, dejar de moverte para quemar calorías, dejar de comer muchas veces y pocas cantidades de comida…
Tienes que desaprender todo lo que crees que ya habías aprendido.
Al principio me cuestionaba cosas como ¿por qué comer 5 o 6 veces al día o comer si no tengo hambre?, después seguí con ¿de veras necesito echarme una siesta para recuperar mi cuerpo después de haber estado 4 o 5 horas sentado en una silla, es eso lo que me va a hacer recuperar la energía? continué pensando, ¿por qué tengo que usar estos zapatos que me hacen daño y son tan diferentes a mi pie cuando voy descalzo?…
Este tipo de cuestiones me llevaron a mi concepción del ser humano de hoy en día, el cual vive más lejos que nunca de lo que realmente necesita para estar sano y ser feliz.
Intentamos resolver los problemas del S.XXII (curiosamente creados por nosotros mismos) con soluciones espontáneas y basándonos en esa misma mentalidad que ha creado el problema.
Lo que hacemos día a día nos da forma, y si enfermamos o estamos disfuncionales, en la mayoría de los casos no es por la vejez, es por el estilo de vida que hemos decidido llevar, y en el mejor de los casos se decide, pues en la mayoría de ocasiones se hace por costumbre, porque todos lo hacen.
La mentalidad imperante es que se deja de ejercitarse, de moverse, de estar sano, a causa de la vejez. La visión que yo te propongo es que se envejece porque se deja de ejercitarse, de moverse, de estar sano.
Mi propósito es ayudar y guiarte en el gratificante proceso de despertar tu esencia, que te muevas conscientemente y que nutras tu cuerpo con aquello que te hace sentir bien.